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Mostrando entradas de febrero, 2015

Un pequeño homenaje a mi tierra

Andalucía de Manuel Reina Montilla Cielo brillante, fuentes rumorosas, ojos negros, cantares y verbenas, altares adornados de azucenas, rostros tostados, perfumadas rosas. Bellas noches de amor esplendorosas, mares de plata y luz, brisas serenas, rejas de nardos y claveles llenas, serenatas, mujeres deliciosas. Cancelas orientales, miradores, la guitarra y su triste melodía, vinos dorados, huertas, ruiseñores, deslumbradora y plácida poesía... He aquí al pueblo del sol y los amores, la mañana del mundo: ¡Andalucía!

Un músico en el frío de la calle

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Nunca salgo sin mi agenda de Ángel Pariente Aprendiz de las palabras de la calle viviendo las palabras con las que el pescador llama a los peces la frutera a los frutos que resplandecen en las mesas del verano Y también las palabras del silencio las palabras del músico en la calle que inventa el universo y sus principios las del borracho que nada entre sus penas y vive a la deriva de la vida las del susurro del vendedor de estampas las de la prostituta y sus rastrojos las palabras de la anciana que habla sola con lágrima y carmín en las ciudades Palabras y palabras y palabras iluminan la vida y nombran a las cosas arrastran la vida y a veces la destruyen

Algo a tener en cuenta siempre

No culpes a nadie de Pablo Neruda Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error. Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tú siempre has de ganar. No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como la causa de tu futuro será tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus prob

Inyectando azúcar en vena (V)

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Need you know - Lady Antebellum Picture perfect memories,  Scattered all around the floor.  Reaching for the phone 'cause  I can't fight it anymore.  And I wonder if I ever cross your mind  For me it happens all the time.  It's a quarter after one,  I'm all alone and I need you now.  Said I wouldn't call  but I lost all control and I need you now.  And I don't know how I can do without,  I just need you now.  Another shot of whisky,  can't stop looking at the door.  Wishing you'd come sweeping  in the way you did before.  And I wonder if I ever cross your mind.  For me it happens all the time.  It's a quarter after one,  I'm a little drunk,  And I need you now.  Said I wouldn't call  but I lost all control and I need you now.  And I don't know how I can do without,  I just need you now.  oh ohhh...  Yes, I'd rather hurt than feel nothing at all.  It's a q

Los espejos según Borges

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Los espejos de Jorge Luis Borges Yo que sentí el horror de los espejos No sólo ante el cristal impenetrable Donde acaba y empieza, inhabitable, un imposible espacio de reflejos Sino ante el agua especular que imita El otro azul en su profundo cielo Que a veces raya el ilusorio vuelo Del ave inversa o que un temblor agita Y ante la superficie silenciosa Del ébano sutil cuya tersura Repite como un sueño la blancura De un vago mármol o una vaga rosa, Hoy, al cabo de tantos y perplejos Años de errar bajo la varia luna, Me pregunto qué azar de la fortuna Hizo que yo temiera los espejos. Espejos de metal, enmascarado Espejo de caoba que en la bruma De su rojo crepúsculo disfuma Ese rostro que mira y es mirado, Infinitos los veo, elementales Ejecutores de un antiguo pacto, Multiplicar el mundo como el acto Generativo, insomnes y fatales. Prolongan este vano mundo incierto En su vertiginosa telaraña; A veces en la tarde

Oda a un reloj en la noche de Pablo Neruda

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Oda a un reloj en la noche de Pablo Neruda En la noche, en tu mano brilló como luciérnaga mi reloj. Oí su cuerda: como un susurro seco salía de tu mano invisible. Tu mano entonces volvió a mi pecho oscuro a recoger mi sueño y su latido. El reloj siguió cortando el tiempo con su pequeña sierra. Como en un bosque caen fragmentos de madera, mínimas gotas, trozos de ramajes o nidos, sin que cambie el silencio, sin que la fresca oscuridad termine, así siguió el reloj cortando desde tu mano invisible, tiempo, tiempo, y cayeron minutos como hojas, fibras de tiempo roto, pequeñas plumas negras. Como en el bosque olíamos raíces, el agua en algún sitio desprendía una gotera gruesa como una uva mojada. Un pequeño molino molía noche, la sombra susurraba cayendo de tu mano y llenaba la tierra. Polvo, tierra, distancia molía y molía mi reloj en la noche, desde tu mano. Yo puse mi brazo bajo tu cu