Entradas

Mostrando entradas de junio, 2013

La poesía es viento, es fuego, es mar

Teoría de José Hierro Un instante vacío de acción puede poblarse solamente de nostalgia o de vino. Hay quien lo llena de palabras vivas, de poesía (acción de espectros, vino con remordimiento). Cuando la vida se detiene, se escribe lo pasado o lo imposible para que los demás vivan aquello que ya vivió (o que no vivió) el poeta. Él no puede dar vino, nostalgia a los demás: sólo palabras. Si les pudiese dar acción... La poesía es como el viento, o como el fuego, o como el mar. Hace vibrar árboles, ropas, abrasa espigas, hojas secas, acuna en su oleaje los objetos que duermen en la playa. La poesía es como el viento, o como el fuego, o como el mar: da apariencia de vida a lo inmóvil, a lo paralizado. Y el leño que arde, las conchas que las olas traen o llevan, el papel que arrebata el viento, destellan una vida momentánea entre dos inmovilidades. Pero los que están vivos, los henchidos de acción, los palpitantes de nos

Soy mi propio reflejo

Imagen
Estoy dentro de un sueño, o tal vez una pesadilla. No lo sé. Extraña, inquietante. Me miro a mí misma, pero no soy quien hace los movimientos, sino que me imito. Me encuentro dentro de un espejo. Infinito, eterno. Intento hablar, gritar para poder escapar. Soy incapaz. Mi supuesto verdadero yo sonríe por mis propias limitaciones. Sonrisa que, en mi cara, se me antoja como una mueca cruel. Duele. Entonces mi otro yo deja de mirarme directamente a los ojos y se marcha. A vivir mi vida. Impotente, intento llorar. Solamente consigo que mi corazón se acelere un poco. Nada más.  Soy mi propio reflejo. Una sombra que se tendrá que conformar con ser una espectadora de su presente. Sin poder respirar. 

Luna eterna (I): Congelando la luna

Luna congelada de Mario Benedetti Con esta soledad alevosa tranquila con esta soledad de sagradas goteras de lejanos aullidos de monstruos de silencio de recuerdos al firme de luna congelada de noche para otros de ojos bien abiertos con esta soledad inservible vacía se puede algunas veces entender el amor.

Sigamos con Benedetti: Hagamos un trato

Hagamos un trato de Mario Benedetti Compañera  usted sabe  puede contar  conmigo  no hasta dos  o hasta diez  sino contar  conmigo  si alguna vez  advierte  que la miro a los ojos  y una veta de amor  reconoce en los míos  no alerte sus fusiles  ni piense qué delirio  a pesar de la veta  o tal vez porque existe  usted puede contar  conmigo  si otras veces  me encuentra  huraño sin motivo  no piense qué flojera  igual puede contar  conmigo  pero hagamos un trato  yo quisiera contar  con usted  es tan lindo  saber que usted existe  uno se siente vivo  y cuando digo esto  quiero decir contar  aunque sea hasta dos  aunque sea hasta cinco  no ya para que acuda  presurosa en mi auxilio  sino para saber  a ciencia cierta  que usted sabe que puede  contar conmigo.