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Mostrando entradas de junio, 2012

El puente de piedra

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Cae una gota de agua. Las ondas se prolongan, parece que permanecerán entremezclándose hasta el infinito. Entonces empiezan a difuminarse, hasta que sólo queda el silencio del olvido. Estoy encima de un puente. Del puente de piedra, el de las puestas de sol, el que en otoño tiene una alfombra dorada de hojas marchitas. En el que nos dimos nuestro primer beso. Ese pequeñito y viejo que cruza el riachuelo escondido. Oculto tras la cortina de árboles y de ramas, de sauces llorones y de álamos. Ése que hasta que no doblas el recodo del camino no te sorprende con su humilde y discreta belleza. Allí esparzo los pétalos de una rosa roja. Los voy poniendo en el aire delicadamente y flotan… Flotan hasta que se depositan sobre la superficie cristalina de agua. Son llevados por la corriente. Es entonces cuando pienso en ti. En tus ojos, en tus besos. En la forma en la que tienes de acariciarme el pelo. En que me haces sentir amada, especial, incluso única. Suspiro por tu marcha. Te fuiste, d

Sin sentido

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Tú. Y solamente tú. Te odio. Te amo. Dame un beso. Márchate. No me dejes. Mírame. Cállate.  Dime te quiero. Abrázame. Aléjate de mí.  No vuelvas.  Yo. Y mi silencio, mis dudas, mi vida... Tú y yo y... ¡No sé qué hacer! ¡No, espera! Tal vez a cara o cruz... O mejor, con una margarita...

Pisadas que se entrecruzan

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Son muchas las pisadas que observo al contemplar el paisaje. Pero hay tantas que soy incapaz de distinguir las unas de las otras . Se entremezclan en un caos ordenado o en un orden caótico, como cada uno prefiera, hasta el horizonte. Y sí, algunas de esas huellas son las mías, que caminaron junto a otras que pertenecieron a mis seres queridos. Y mientras tanto, brilla un límpido cielo azul.

Un sol que no quiere marcharse

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Un sol que se nos antoja inmóvil, paralizado entre el ir y el devenir de unas cuantas gaviotas. Un sol que presencia la impredecible y bella caligrafía con la que escriben sus alas su vuelo. Su libre transitar lo hace enmudecer ante tal expresión de vida, ante tal explosión de energía. Su deseo momentáneo es permanecer unos segundos más iluminando su revolotear, antes de que el mar lo haga naufragar en su inmensa calma.

Una fugaz estrella

Una estrella que se esconde, avergonzada. Una estrella que titila dulcemente. Una estrella que en la soledad se entristece. Una estrella que con la luna llora. Una estrella que de día duerme. Una estrella que la noche besa. Una estrella que quiso sonreír al vacío. Una estrella que no cayó en el olvido. Luces que en la lejanía la añoran. Luces que sin moverse danzan. Luces diáfanas que jamás se abrazaron. Luces cercanas, luces distantes.  Cuando enamorada una de ellas intenta volar junto a su amada, sabe que por su pasión se sacrifica, desapareciendo en una estela infinita . Las estrellas también hacen el amor, dejando tras de sí una estela blanca. Y brillan toda una vida para solo por unos instantes poder latir . Estrellas fugaces las llaman. Deseos secretos se les pide, sueños que las acompañan en su estertor, haciéndolas por vez última sonreír. Seres eternos, desvanecidos en una efímera belleza. Luceros que contemplaron el

Una tarde gris

Este poema refleja bastante bien lo que siento en este momento... Laxitud de Ernestina de Champourcín La tarde gris y triste me agobia, tengo sueño; estiro lentamente mis dos brazos abiertos que se prenden al aire; quieren cazar el tiempo, aprisionarlo pronto, robarle su secreto, deshacer bruscamente sus límites estrechos. Quiero llorar: no sé; quiero reír: no puedo. Los deseos se estrellan contra la inexorable inercia del silencio; sobre mi corazón rueda grávido al peso de la existencia toda. Al fin me desperezo. Logro romper el cerco del malsano sopor, pero apenas lo venzo ya me torna a invadir quedamente su tedio. Luego... Ya no sé más; suspiro, me paseo, exprimo el tormentoso lagar de mi cerebro, destilo el elixir de su inquietud en mi pecho... Sujeto en mi memoria repite el pensamiento; la tarde gris y triste me agobia, ¡tengo sueño!...

Gracias a todos aquellos que respiran a mi lado

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Hoy es uno de esos días que las lágrimas te nublan la vista, que el silencio no calla, que necesitas un abrazo tras otro. Saber que vas a echar en falta a alguien por la distancia o por el tiempo o que ya lo estás haciendo, entristece. Pero también comprendes que esa añoranza naciente o que ya ha vivido bastante, significa estar rodeado de personas a las que quieres y te quieren, eres feliz de compartir tu respirar con ellos aunque no se encuentren contigo, porque siempre están presentes, en tu interior, en tus pensamientos. Viven en tu aquí y ahora de otra forma, igual de intensa, igual de bella. Solamente te apetece escuchar canciones melancólicas y tener un montón de pañuelos preparados para esas gotitas saladas que están a punto de florecer bajo tus pestañas. Aunque también desearías decir gracias por que estén ahí, aunque no estén a tu lado. Gracias por regalarme vuestras sonrisas y vuestra amistad.

Huellas en la arena

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Una canción que tiene un profundo significado para mí... Una de esas otras melodías que te hacen respirar la vida con intensidad...  Footprints in the sand de Leona Lewis You walked with me Footprints in the sand And helped me understand Where I'm going You walked with me When I was all alone With so much unknown Along the way Then I heard you say (Chorus) I promise you I'm always there When your heart is filled with sorrow And despair I'll carry you When you need a friend You'll find my footprints in the sand I see my life Flash across the sky So many times have I Been so afraid And just when I Have thought I'd lost my way You gave me strength to carry on Thats when I heard you say (Chorus) I promise you I'm always there When your heart is filled with sorrow And despair I'll carry you When you need a friend You'll find my footprints in the sand When I'm weary Well, I know you've been there And

De un tal libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Poema XII Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma. Es en ti la ilusión de cada día. Llegas como el rocío a las corolas. Socavas el horizonte con tu ausencia. Eternamente en fuga como la ola. He dicho que cantabas en el viento como los pinos y como los mástiles. Como ellos eres alta y taciturna. Y entristeces de pronto, como un viaje. Acogedora como un viejo camino. Te pueblan ecos y voces nostálgicas. Yo desperté y a veces emigran y huyen pájaros que dormían en tu alma.

Hoy toca Luis Cernuda

Debido a la falta de tiempo e inspiración en estas fechas me limitaré a buscar otros respiros, que siguen latiendo con igual o más fuerza que el día en el que fueron compuestos. Este, en concreto, hace mucho que es uno de mis preferidos Te quiero . Te lo he dicho con el viento, jugueteando como animalillo en la arena o iracundo como órgano impetuoso; Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juveniles y sonríe en todas las cosas inocentes; Te lo he dicho con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas; Te lo he dicho con las plantas, leves criaturas transparentes que se cubren de rubor repentino; Te lo he dicho con el agua, vida luminosa que vela un fondo de sombra; te lo he dicho con el miedo, te lo he dicho con la alegría, con el hastío, con las terribles palabras. Pero así no me basta: más allá de la vida, quiero decírtelo con la muerte; más allá del amor, quiero decírtelo con el olvido. Luis Cernuda.

Un poquito de la voz a ti debida

Por primera vez voy a poner una entrada con algo que no he escrito yo, no va a ser un respiro propio. LA VOZ A TI DEBIDA Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él. Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no —¿adónde se me ha escapado?—. Los pongo  en el beso que te di ayer, en las bocas juntas del beso que se besaron. Y dura este beso más que el silencio, que la luz. Porque ya no es una carne ni una boca lo que beso, que se escapa, que me huye. No. Te estoy besando más lejos. Pedro Salinas (Versos 1290 a 1316)

Tú, mi linda rosa...

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La vie en rose de Edith Piaf Un papel ya algo a jado. Con grietas hasta en tu sonrisa. Con ese color amarillento. Otra nostalgia más entre tantas que me nublan la memoria. Bueno no, no es una cualquiera, es el primer recuerdo, nuestro recuerdo. Me observas traviesa en ella. Cuántas veces la habré besado, suspirado. Incluso guarda algunas de las lágrimas que derramé tras tu marcha. A pesar del cuidado con el siempre la he tratado, ella también envejece, ajena al resto del mundo. Te reías mientras yo intentaba hacer la fotografía, pues era la primera vez que utilizaba una cámara y no tenía ni idea. Logré captar esa mirada tuya, tan espontánea, tan sincera, tan enamorada. Sucedió hace varias décadas, pero para mí parece que fue ayer, que todo este tiempo no ha transcurrido. Que tú tienes diecisiete años y yo veinte. Que es nuestra primera cita, que has sido tú quien me acaba de besar por primera vez. Que un pequeño rato después bailaremos nuestra primera canción, la cual yo cre