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Mostrando entradas de febrero, 2014

Ocho letras y un espacio en blanco

Dos palabras de Alfonsina Storni Esta noche al oído me has dicho dos palabras Comunes. Dos palabras cansadas De ser dichas. Palabras Que de viejas son nuevas. Dos palabras tan dulces que la luna que andaba Filtrando entre las ramas Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento Moverme para echarla. Tan dulces dos palabras ¿Qué digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!? Tan dulces y tan mansas Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman. Tan dulces y tan bellas Que nerviosos, mis dedos, Se mueven hacia el cielo imitando tijeras. Oh, mis dedos quisieran Cortar estrellas.

Luna eterna (II): Hay que ingerir dosis de luna

La luna de Jaime Sabines La luna se puede tomar a cucharadas  o como una cápsula cada dos horas.  Es buena como hipnótico y sedante  y también alivia  a los que se han intoxicado de filosofía.  Un pedazo de luna en el bolsillo  es mejor amuleto que la pata de conejo:  sirve para encontrar a quien se ama,  para ser rico sin que lo sepa nadie  y para alejar a los médicos y las clínicas.  Se puede dar de postre a los niños  cuando no se han dormido,  y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos  ayudan a bien morir.  Pon una hoja tierna de la luna  debajo de tu almohada  y mirarás lo que quieras ver.  Lleva siempre un frasquito del aire de la luna  para cuando te ahogues,  y dale la llave de la luna  a los presos y a los desencantados.  Para los condenados a muerte  y para los condenados a vida  no hay mejor estimulante que la luna  en dosis precisas y controladas.

Algún día

Algún día de Darío Jaramillo Agudelo Algún día escribiré un poema que no mencione el aire ni la noche; un poema que omita los nombres de las flores, que no tenga jazmines o magnolias. Algún día te escribiré un poema sin pájaros ni fuentes, un poema que eluda el mar y que no mire a las estrellas. Algún día te escribiré un poema que se limite a pasar los dedos por tu piel y que convierta en palabras tu mirada. Sin comparaciones, sin metáforas, algún día escribiré un poema que huela a ti, un poema con el ritmo de tus pulsaciones, con la intensidad estrujada de tu abrazo. Algún día escribiré un poema, el canto de mi dicha.

Inyectando azúcar en vena (IV): un soneto cualquiera

Soneto LXVI de Pablo Neruda No te quiero sino porque te quiero  y de quererte a no quererte llego  y de esperarte cuando no te espero  pasa mi corazón del frío al fuego.  Te quiero sólo porque a ti te quiero,  te odio sin fin, y odiándote te ruego,  y la medida de mi amor viajero  es no verte y amarte como un ciego.  Tal vez consumirá la luz de Enero,  su rayo cruel, mi corazón entero,  robándome la llave del sosiego.  En esta historia sólo yo me muero  y moriré de amor porque te quiero,  porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

Inyectando azúcar en vena (III): L'hymne à l'amour

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L'hymne à l'amour de Edith Piaf  Le ciel bleu sur nous peut s'effondrer Et la terre peut bien s'écrouler Peu m'importe si tu m'aimes Je me fous du monde entier Tant qu'l'amour inond'ra mes matins Tant que mon corps frémira sous tes mains Peu m'importe les problèmes Mon amour puisque tu m'aimes J'irais jusqu'au bout du monde Je me ferais teindre en blonde Si tu me le demandais J'irais décrocher la lune J'irais voler la fortune Si tu me le demandais Je renierais ma patrie Je renierais mes amis Si tu me le demandais On peut bien rire de moi Je ferais n'importe quoi Si tu me le demandais Si un jour la vie t'arrache à moi Si tu meurs que tu sois loin de moi Peu m'importe si tu m'aimes Car moi je mourrais aussi Nous aurons pour nous l'éternité Dans le bleu de toute l'immensité Dans le ciel plus de problèmes Mon amour crois-tu qu'on s'

Inyectando azúcar en vena (II): Say over again, and yet once over again...

Say over again, and yet once over again... de Elizabeth Barret Browning XXI. Say over again, and yet once over again, That thou dost love me. Though the word repeated Should seem 'a cuckoo-song,' as thou dost treat it, Remember, never to the hill or plain, Valley and wood, without her cuckoo-strain Comes the fresh Spring in all her green completed. Beloved, I, amid the darkness greeted By a doubtful spirit-voice, in that doubt's pain Cry, 'Speak once more—thou lovest! 'Who can fear Too many stars, though each in heaven shall roll, Too many flowers, though each shall crown the year? Say thou dost love me, love me, love me—toll The silver iterance!—only minding, Dear, To love me also in silence with thy soul.

Inyectando azúcar en vena (I): La caricia perdida

La caricia perdida de Alfonsina Storni Se me va de los dedos la caricia sin causa,  se me va de los dedos... En el viento, al pasar,  la caricia que vaga sin destino ni objeto,  la caricia perdida ¿quién la recogerá?  Pude amar esta noche con piedad infinita,  pude amar al primero que acertara a llegar.  Nadie llega. Están solos los floridos senderos.  La caricia perdida, rodará... rodará...  Si en los ojos te besan esta noche, viajero,  si estremece las ramas un dulce suspirar,  si te oprime los dedos una mano pequeña  que te toma y te deja, que te logra y se va.  Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,  si es el aire quien teje la ilusión de besar,  oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,  en el viento fundida, ¿me reconocerás?