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Mostrando entradas de 2019

Happy New Year de Julio Cortázar

Happy New Year de Julio Cortázar Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Sueño de Alejandra Pizarnik

Sueño de Alejandra Pizarnik Estallará la isla del recuerdo. La vida será sólo un acto de candor. Prisión para los días sin retorno. Mañana los monstruos del buque destruirán la playa sobre el viento del misterio. Mañana la carta desconocida encontrará las manos del alma.

Poesía de otoño (VIII): Diciembre

Diciembre de Susana March Si un día rompo a cantar, todo cantará conmigo. Esta mudez de los campos se rasgará con mi grito. Las nubes vagan sin prisa desnudándome el camino. ¡Qué desolado horizonte en este mes de los fríos! Hay un revuelo de escarcha sobre los jóvenes pinos. Diciembre levanta un cáliz de pájaros en exilio. Yo dormida, voy soñando dulces lares encendidos...

Uno de esos poemas eternos (III): Besos de Gabriela Mistral

Besos de Gabriela Mistral Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada hay besos que se dan con la memoria. Hay besos silenciosos, besos nobles hay besos enigmáticos, sinceros hay besos que se dan sólo las almas hay besos por prohibidos, verdaderos. Hay besos que calcinan y que hieren, hay besos que arrebatan los sentidos, hay besos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos. Hay besos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado, hay besos que engendran la tragedia cuantas rosas en broche han deshojado. Hay besos perfumados, besos tibios que palpitan en íntimos anhelos, hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos. Hay besos que parecen azucenas por sublimes, ingenuos y por puros, hay besos traicioneros y cobardes, hay besos maldecidos y perjuros. Judas besa a Jesús y deja impresa en su rost

Es caminar despiertos juntos o al mismo tiempo

La amistad corresponde a la meditación, a la vida de la conciencia; es caminar despiertos juntos o al mismo tiempo. Al mismo tiempo, no en el mismo tiempo, como en el amor que, de realizarse, sería vivir un tiempo idéntico. ¿Y cómo un tiempo puede ser idéntico, cómo puede darse la identidad en el tiempo, no ya dentro del tiempo, sino en el tiempo mismo? Fundir los dos tiempos o descender a un tiempo, el del sueño, donde se conforma el ser como en las plantas. Tal debe ser lo que se espera del amor, lo que se persigue y no resulta posible saber de cierto… María Zambrano

Uno de esos poemas eternos (II): Palabras para Julia

Las bellas y eternas palabras que le dedicó un padre a su hija sobre vivir. Palabras para Julia de José Agustín Goytisolo Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable. Hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego. Te sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez querrás no haber nacido. Yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto que es un asunto desgraciado. Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor. Un hombre solo, una mujer así tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada. Pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso también en otra gente. Tu destino está en los demás tu futuro es tu propia vida tu dignidad es la de todos. Otros esperan que resistas

En alas del aire de Rosana Acquaroni

En alas del aire de  Rosana Acquaroni Aprendo a concederme la hermosura del aire entre lo humano. Las páginas oscuras del secreto rosal adelantan los labios. Entiende amor, que llamarán a tu puerta de muy lejos, En alas del aire llamarán y conjurando Esos amargos ataúdes, silenciarán tu soledad de cáñamo dormido. Yacerás entre malezas contrarias a la vida. Estarás desnudo, perseguido por tus propias palabras. Ellas, sabrán cómo habitar la cercanía del mundo. Alcanzarán la estirpe perdida para siempre, Asomarán los muros, y en el contacto, Silábicas palomas dominarán los cielos consonánticos, cautivando la espina de los rosales trágicos . Saldrás de todo esto, y cuando mire, será para desearte entre mis labios: Que tengas un buen viaje, un hermoso regreso tras tus pasos. Y entonces, -ya ves cómo no tiemblo-, para amarte habrá que ir descalzando algún poema. Cuando el alma sea tan sólo tiempo que recorre fragmentos de

Sabríamos recordar cada trozo de mundo...

Sabríamos recordar cada trozo de mundo... de Rosana Acquaroni Sabríamos recordar cada trozo de mundo, cada tropiezo vivido si al abrir la mirada recobráramos de nuevo la luz de cada instante, pues toda inmolación deja su propio surco, su propia oscuridad, y cada imagen tiene su propia lámpara. Lámpara de la niñez, -allí comienza todo- esa luz que se ve con los ojos cerrados las claras azoteas, desierto de palomas, el tamiz lanceolado de las hojas de cobre transparente, un otoño agitando su ramaje, abriéndose paso sobre la mansedad de las aceras. Allí comienza todo, aquello que era nuestro a pesar del dolor, pues desde entonces, sólo he buscado el ser de aquella luz, y la siento crecer dentro de mí como le crecen párpados de trapo al corazón tras el olvido.                     De "Lámparas de arena" (2000)

Desnudar el corazón (IV): Quien ha visto la Esperanza, no la olvida

“Quien ha visto la Esperanza, no la olvida. La busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres. Y sueña que un día va a encontrarla de nuevo, no sabe dónde, acaso entre los suyos. En cada hombre late la posibilidad de ser o, más exactamente, de volver a ser, otro hombre.” Octavio Paz

Desnudar el corazón (III): El alma tenías

Desnudar el corazón ante desconocidos es un jarabe difícil de tragar. El alma tenías de Pedro Salinas  El alma tenías tan clara y abierta, que yo nunca pude entrarme en tu alma. Busqué los atajos angostos, los pasos altos y difíciles... A tu alma se iba por caminos anchos. Preparé alta escala —soñaba altos muros guardándote el alma— pero el alma tuya estaba sin guarda de tapial ni cerca. Te busqué la puerta estrecha del alma, pero no tenía, de franca que era, entradas tu alma. ¿En dónde empezaba? ¿Acababa, en dónde? Me quedé por siempre sentado en las vagas lindes de tu alma.

Desnudar el corazón (II): Sinceridad

En Abril. Sinceridad de Jaime Torres Bodet Transparencia del alma. Transparencia del ser que la rodea. Para verla hasta el fondo, basta una sola lágrima sincera. Riendo te pareces a todas las que ríen, mas, llorando, eres tú... Nada es posible comparar a tu alma, cuando lloras... Sí, hay algo tal vez: entre la aurora, el canto fino, blanco, de la alondr a...

Cita con mis poetas

Cita con mis poetas  de  Luzmaría Jiménez Faro Oblicuamente noche llegas a sacudir la fiebre que recorre el azulado horóscopo que anudo. Abro las manos torpe y cuento mis diez dedos que como diez cuchillos afilados apuñalan lo oscuro. Y yo, y tú, nosotros y vosotros, los que amamos la voz y la palabra al margen del insomnio, descifraremos el ajedrez de espejos para después, a plena luz, reconocernos.

Lo personal es político (III): Isabel F. Bernaldo de Quirós

El viento de Isabel F. Bernaldo de Quirós  Dicen que la culpa la tiene el mar pero es el viento el causante de su descarrío. Aire que se revuelve y golpea, aire cruel prepotente cobarde. Amante que se esconde entre las olas y abusa de su poder. Tuvo que demostrar su inocencia la mar. Las puñaladas de muerte se adelantaron a la sentencia: Te condeno, viento, por maltratador.

Cuando la base es la educación (VI): Lecciones de historia

Lecciones de Historia de  Lourdes Cacho Escudero Era la tarde entonces un comedor de estrellas, un recinto fugaz que convertía en tiempo real lo imaginario, una frontera adicta al dulce escalofrío de una nuca en carne de unos labios; los ojos, exiliados, del paisaje adherido a la ventana dilataban las pupilas del sol y hacían noche, en campamentos a donde la memoria llegaba de puntillas. Las horas ocupaban la trastienda de un reloj que llevaba a la vida de la mano y el amor era una lección de paz aprendida… Pero la guerra, en la piel, tiene un castigo distinto que ofrecernos: un idioma constante, unas armas que envuelven las mejillas del día, un mecanismo de defensa común mientras se espera el combativo sabor de la conquista…

Cuando la base es la educación (V): Yo cogí a la Poesía de la mano

La poesía de Juan Berbel Yo cogí a la Poesía de la mano, y la hice entrar en mi escuela. Aquí -le dije- andarás como en tu propia casa. Nada te ha de faltar. Ni candela, pues un lucero arde siempre entre nosotros; ni flores -tú que tanto las amas-, ni corazón, ni un laúd de luna y de fe para tus canciones... Y la hice entrar en mi escuela. Y ya todo se llenó de su gracia sin palabras, de su celeste aliento creador... Alguien, incomprensivo, murmuraba: -¿Pero qué dicen a esto los poetas, desde sus . torres de marfil?.. Y los juglares, ¿qué hacen, cruzados de brazos?.. ¿Adónde vamos a parar?..

Cuando la base es la educación (IV): Tardes de escuela

Tardes de escuela de Miguel Sánchez Robles Formados los deseos a menudo en el vicio miraba sin bondad por la ventana la extensa confusión de tierra roja. oscilando profunda su lisura y todo era un elogio silencioso, un socavón de miel inexpresivo.  Tardes exactas de sabor a metal. Un puntapié verbal rompía el silencio. El lápiz circulaba libremente en los ángulos y acechaban dibujos en los cronos. Allí estaban los niños de sonrisa impecable y gestos imprecisos por las bancas más últimas. Voces aglomeradas hilvanando la tarde. Moría el otoño a ráfagas con aves elegantes ovillando bravura entre los aires dulces del cerezo. Tardes de olor a tiza, trajines vanidosos de gramática, la pizarra encendida con los números, la h intercalada, el adverbio de tiempo y un balbuceo de ojos sin destinos concretos. Tardes gemelas en mínimos sucesos tentando la discordia de ingenuo corazón embelesado para intuir historias de preámbulos lentos

La libertad está en nuestra mente (I): Canción bajo la lluvia

Por esta libertad de Fayad Jamís Por esta libertad de canción bajo la lluvia habrá que darlo todo. Por esta libertad de estar estrechamente atados a la firme y dulce entraña del pueblo habrá que darlo todo. Por esta libertad de girasol abierto en el alba de fábricas encendidas y escuelas iluminadas y de esta tierra que cruje y niño que despierta habrá que darlo todo. No hay alternativa sino la libertad. No hay más camino que la libertad. No hay otra patria que la libertad.  No habrá más poema sin la violenta música de la libertad. Por esta libertad que es el terror de los que siempre la violaron en nombre de fastuosas miserias. Por esta libertad que es la noche de los opresores y el alba definitiva de todo el pueblo ya invencible. Por esta libertad que alumbra las pupilas hundidas los pies descalzos los techos agujereados y los ojos de los niños que deambulan en el polvo. Por esta libertad que es el imperio de la juventud.

Cuando la base es la educación (III): Invitación viva al teatro

Invitación viva al teatro de Juan José Ceba La magia que está en ti -sin tú saberlo- con su fondo de estrellas, de pájaros y mares, con todas las miradas y las muecas de lo que respira -libre o atenazado- por el cosmos; hasta ese hechizo oculto, vivo y no pronunciado, la mano de humo del teatro se acerca y ante tus ojos descubre lo que llevabas dentro: magia y esfuerzo se unen, constancia, permanencia, luz interior que se abraza a otras luces para crear un sol que salta y rueda, que se mueve ante los ojos del asombro.

Cuando la base es la educación (II): Un kilo y medio de paciencia concentrada

Educar de Gabriel Celaya (atribuido), otras fuentes dicen de Fermín Gaiza Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar, y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca, ese niño irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestro propio barco, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

Cuando la base es la educación (I): Docendo discimus

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"Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes." Ortega y Gasset "En cuestiones de cultura y de saber, solo se pierde lo que se guarda; solo se gana lo que se da."  Antonio Machado "Docendo discimus." (Enseñando, aprendemos) Séneca ”El cerebro no es un vaso por llenar, sino un fuego por encender”. Plutarco

Algunos apuntes sobre la felicidad (II): Piedritas en la ventana

Piedritas en la ventana de Mario Benedetti De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana. Quiere avisarme que está ahí esperando, pero me siento calmo casi diría ecuánime. Voy a guardar la angustia en un escondite y luego a tenderme cara al techo, que es una posición gallarda y cómoda para filtrar noticias y creerlas. Quién sabe dónde quedan mis próximas huellas ni cuándo mi historia va a ser computada, quién sabe qué consejos voy a inventar aún y qué atajo hallaré para no seguirlos. Está bien no jugaré al desahucio, no tatuaré el recuerdo con olvidos, mucho queda por decir y callar y también quedan uvas para llenar la boca. Está bien me doy por persuadido que la alegría no tire más piedritas, abriré la ventana, abriré la ventana.

Poesía de otoño (VII): Noviembre

NOVIEMBRE (Libro de Poemas, 1921) de Federico García Lorca Noviembre de 1920 Todos los ojos estaban abiertos frente a la soledad despintada por el llanto. Tin tan, tin tan. Los verdes cipreses guardaban su alma arrugada por el viento, y las palabras como guadañas segaban almas de flores. Tin tan, tin tan. El cielo estaba marchito. ¡Oh tarde cautiva por las nubes, esfinge sin ojos! Obeliscos y chimeneas hacían pompas de jabón. Tin tan, tin tan. Los ritmos se curvaban y se curvaba el aire, guerreros de niebla hacían de los árboles catapultas. Tin tan, tin tan. ¡Oh tarde, tarde de mi otro beso! Tema lejano de mi sombra, ¡sin rayo de oro! Cascabel vacío. Tarde desmoronada sobre piras de silencio. Tin tan, tin tan.

Somos seres solitarios (IV): tu lugar en la familia de las cosas

Gansos salvajes de Mary Oliver No tienes que ser buena. No tienes que atravesar el desierto de rodillas, arrepintiéndote. Solo tienes que dejar que ese delicado animal que es tu cuerpo ame lo que ama. Cuéntame tu desesperación y te contaré la mía. Mientras tanto, el mundo sigue. Mientras tanto, el sol y los guijarros cristalinos de la lluvia avanzan por los paisajes, las praderas y los árboles frondosos, las montañas y los ríos. Mientras tanto, los gansos salvajes, que vuelan alto en el aire azul y puro, vuelven nuevamente a casa. Seas quien seas, por muy sola que te sientas el mundo se ofrece a tu imaginación, y te llama, como los gansos salvajes, chillando con excitación anunciando una y otra vez tu lugar en la familia de las cosas.

Si puedo evitar que un corazón se rompa

Si puedo evitar que un corazón se rompa de Emily Dickinson Si puedo evitar que un corazón se rompa, entonces no viviré en vano; Si puedo aliviar el pesar de un hermano, consolar el dolor del vencido ayudar al petirrojo a encontrar su nido, entonces no viviré en vano. If I Can Stop One Heart from Breaking , by Emily Dickinson  If I can stop one heart from breaking, I shall not live in vain; If I can ease one life the aching, Or cool one pain, Or help one fainting robin Unto his nest again, I shall not live in vain.

Tu rosa

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"Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante." "It is the time you have wasted for your rose that makes your rose so important. " "C'est le temps que tu as perdu pour ta rose qui fait ta rose si importante.” Le petit prince, Antoine de Saint-Exupéry