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Mostrando entradas de noviembre, 2019

Lo personal es político (III): Isabel F. Bernaldo de Quirós

El viento de Isabel F. Bernaldo de Quirós  Dicen que la culpa la tiene el mar pero es el viento el causante de su descarrío. Aire que se revuelve y golpea, aire cruel prepotente cobarde. Amante que se esconde entre las olas y abusa de su poder. Tuvo que demostrar su inocencia la mar. Las puñaladas de muerte se adelantaron a la sentencia: Te condeno, viento, por maltratador.

Cuando la base es la educación (VI): Lecciones de historia

Lecciones de Historia de  Lourdes Cacho Escudero Era la tarde entonces un comedor de estrellas, un recinto fugaz que convertía en tiempo real lo imaginario, una frontera adicta al dulce escalofrío de una nuca en carne de unos labios; los ojos, exiliados, del paisaje adherido a la ventana dilataban las pupilas del sol y hacían noche, en campamentos a donde la memoria llegaba de puntillas. Las horas ocupaban la trastienda de un reloj que llevaba a la vida de la mano y el amor era una lección de paz aprendida… Pero la guerra, en la piel, tiene un castigo distinto que ofrecernos: un idioma constante, unas armas que envuelven las mejillas del día, un mecanismo de defensa común mientras se espera el combativo sabor de la conquista…

Cuando la base es la educación (V): Yo cogí a la Poesía de la mano

La poesía de Juan Berbel Yo cogí a la Poesía de la mano, y la hice entrar en mi escuela. Aquí -le dije- andarás como en tu propia casa. Nada te ha de faltar. Ni candela, pues un lucero arde siempre entre nosotros; ni flores -tú que tanto las amas-, ni corazón, ni un laúd de luna y de fe para tus canciones... Y la hice entrar en mi escuela. Y ya todo se llenó de su gracia sin palabras, de su celeste aliento creador... Alguien, incomprensivo, murmuraba: -¿Pero qué dicen a esto los poetas, desde sus . torres de marfil?.. Y los juglares, ¿qué hacen, cruzados de brazos?.. ¿Adónde vamos a parar?..

Cuando la base es la educación (IV): Tardes de escuela

Tardes de escuela de Miguel Sánchez Robles Formados los deseos a menudo en el vicio miraba sin bondad por la ventana la extensa confusión de tierra roja. oscilando profunda su lisura y todo era un elogio silencioso, un socavón de miel inexpresivo.  Tardes exactas de sabor a metal. Un puntapié verbal rompía el silencio. El lápiz circulaba libremente en los ángulos y acechaban dibujos en los cronos. Allí estaban los niños de sonrisa impecable y gestos imprecisos por las bancas más últimas. Voces aglomeradas hilvanando la tarde. Moría el otoño a ráfagas con aves elegantes ovillando bravura entre los aires dulces del cerezo. Tardes de olor a tiza, trajines vanidosos de gramática, la pizarra encendida con los números, la h intercalada, el adverbio de tiempo y un balbuceo de ojos sin destinos concretos. Tardes gemelas en mínimos sucesos tentando la discordia de ingenuo corazón embelesado para intuir historias de preámbulos lentos

La libertad está en nuestra mente (I): Canción bajo la lluvia

Por esta libertad de Fayad Jamís Por esta libertad de canción bajo la lluvia habrá que darlo todo. Por esta libertad de estar estrechamente atados a la firme y dulce entraña del pueblo habrá que darlo todo. Por esta libertad de girasol abierto en el alba de fábricas encendidas y escuelas iluminadas y de esta tierra que cruje y niño que despierta habrá que darlo todo. No hay alternativa sino la libertad. No hay más camino que la libertad. No hay otra patria que la libertad.  No habrá más poema sin la violenta música de la libertad. Por esta libertad que es el terror de los que siempre la violaron en nombre de fastuosas miserias. Por esta libertad que es la noche de los opresores y el alba definitiva de todo el pueblo ya invencible. Por esta libertad que alumbra las pupilas hundidas los pies descalzos los techos agujereados y los ojos de los niños que deambulan en el polvo. Por esta libertad que es el imperio de la juventud.

Cuando la base es la educación (III): Invitación viva al teatro

Invitación viva al teatro de Juan José Ceba La magia que está en ti -sin tú saberlo- con su fondo de estrellas, de pájaros y mares, con todas las miradas y las muecas de lo que respira -libre o atenazado- por el cosmos; hasta ese hechizo oculto, vivo y no pronunciado, la mano de humo del teatro se acerca y ante tus ojos descubre lo que llevabas dentro: magia y esfuerzo se unen, constancia, permanencia, luz interior que se abraza a otras luces para crear un sol que salta y rueda, que se mueve ante los ojos del asombro.

Cuando la base es la educación (II): Un kilo y medio de paciencia concentrada

Educar de Gabriel Celaya (atribuido), otras fuentes dicen de Fermín Gaiza Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar, y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca, ese niño irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestro propio barco, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

Cuando la base es la educación (I): Docendo discimus

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"Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes." Ortega y Gasset "En cuestiones de cultura y de saber, solo se pierde lo que se guarda; solo se gana lo que se da."  Antonio Machado "Docendo discimus." (Enseñando, aprendemos) Séneca ”El cerebro no es un vaso por llenar, sino un fuego por encender”. Plutarco

Algunos apuntes sobre la felicidad (II): Piedritas en la ventana

Piedritas en la ventana de Mario Benedetti De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana. Quiere avisarme que está ahí esperando, pero me siento calmo casi diría ecuánime. Voy a guardar la angustia en un escondite y luego a tenderme cara al techo, que es una posición gallarda y cómoda para filtrar noticias y creerlas. Quién sabe dónde quedan mis próximas huellas ni cuándo mi historia va a ser computada, quién sabe qué consejos voy a inventar aún y qué atajo hallaré para no seguirlos. Está bien no jugaré al desahucio, no tatuaré el recuerdo con olvidos, mucho queda por decir y callar y también quedan uvas para llenar la boca. Está bien me doy por persuadido que la alegría no tire más piedritas, abriré la ventana, abriré la ventana.

Poesía de otoño (VII): Noviembre

NOVIEMBRE (Libro de Poemas, 1921) de Federico García Lorca Noviembre de 1920 Todos los ojos estaban abiertos frente a la soledad despintada por el llanto. Tin tan, tin tan. Los verdes cipreses guardaban su alma arrugada por el viento, y las palabras como guadañas segaban almas de flores. Tin tan, tin tan. El cielo estaba marchito. ¡Oh tarde cautiva por las nubes, esfinge sin ojos! Obeliscos y chimeneas hacían pompas de jabón. Tin tan, tin tan. Los ritmos se curvaban y se curvaba el aire, guerreros de niebla hacían de los árboles catapultas. Tin tan, tin tan. ¡Oh tarde, tarde de mi otro beso! Tema lejano de mi sombra, ¡sin rayo de oro! Cascabel vacío. Tarde desmoronada sobre piras de silencio. Tin tan, tin tan.

Somos seres solitarios (IV): tu lugar en la familia de las cosas

Gansos salvajes de Mary Oliver No tienes que ser buena. No tienes que atravesar el desierto de rodillas, arrepintiéndote. Solo tienes que dejar que ese delicado animal que es tu cuerpo ame lo que ama. Cuéntame tu desesperación y te contaré la mía. Mientras tanto, el mundo sigue. Mientras tanto, el sol y los guijarros cristalinos de la lluvia avanzan por los paisajes, las praderas y los árboles frondosos, las montañas y los ríos. Mientras tanto, los gansos salvajes, que vuelan alto en el aire azul y puro, vuelven nuevamente a casa. Seas quien seas, por muy sola que te sientas el mundo se ofrece a tu imaginación, y te llama, como los gansos salvajes, chillando con excitación anunciando una y otra vez tu lugar en la familia de las cosas.