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Mostrando entradas de octubre, 2020

Sensación de otoño

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Siento, de una manera cada vez más imperante, que las estaciones que comienzan su andadura en equinoccio se diluyen con el cambio climático, que pasamos de invierno a verano, y así sucesivamente. Pero este año de silencios y de distancias, de muertes y de mascarillas, parece que se desliza un otoño real, de dorados y de ocres, con una belleza discreta que nos acompaña para iluminarnos un poco este presente tan incierto, tan solitario, que nos marcará de por vida. Sensaciones de otoño que dulcifican este periodo aciago.

Probablemente alegría de José Saramago

Probablemente alegría de José Saramago En la isla a veces habitada de lo que somos, hay noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos morir. En ese momento sabemos todo lo que fue y será. El mundo se nos aparece explicado definitivamente y entra en nosotros una gran serenidad, y se dicen las palabras que la significan. Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos. Con dulzura. Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la voluntad y los límites. Podemos en ese momento decir que somos libres, con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce y viajó alrededor del mundo infatigable, porque mordió el alma hasta sus huesos. Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros como el agua, la piedra y la raíz. Cada uno de nosotros es en este momento la vida. Que eso nos baste.

Primavera con una esquina rota (X): De todo quedaron tres cosas

De Tudo Ficaram Três Coisas de Fernando Sabino, aunque normalemente atribuido a Fernando Pessoa De tudo ficaram três coisas: A certeza de que estamos começando, A certeza de que é preciso continuar e A certeza de que podemos ser interrompidos antes de terminar Fazer da interrupção um caminho novo, Fazer da queda um passo de dança, Do medo uma escada, Do sonho uma ponte, Da procura um encontro. De todo quedaron tres cosas  de Fernando Sabino, aunque normalemente atribuido a Fernando Pessoa De todo quedaron tres cosas: La certeza de que estaba siempre comenzando La certeza de que había que seguir Y la certeza de que sería interrumpido antes de terminar. Hacer de la interrupción un camino nuevo, hacer de la caída un paso de danza, del miedo una escalera, del sueño un puente, de la búsqueda un encuentro.

Escribir para sabernos vivos

Manteniéndome firme de  Zoraida Armengol Para que no se enojen las musas de las avenidas, escribo en mis tiempos libres; para mantenerme viva.  Para que no se aleje el salitre con alas vistiendo, escribo sobre el hermoso encanto; para seguir existiendo.  Para que no se arrepientan las luces tenues encendidas, escribo cuando nadie sabe; para continuar de pie, erguida. Para que no se espanten el ir y venir del quehacer, escribo con más ganas de antes; para vivir un poco más que ayer. Para que ambas a mí acudan, las lágrimas y la maravilla, escribo en fracciones de segundos; para saberme realmente viva.

Arte en texto

Arte en texto  Vestigios de silencio, remansos de soledad, reflexiones con tu musa, para inventar poesía, para crear lírica, para imaginar escrito arte en texto. Componer versos para saborearnos, vivos. Fantasear estrofas  donde se narran  nuestras historias,  mas con cicatrices fraguadas, entre vaivenes, por ese transitar del tiempo. Cincelar las palabras, Acariciar los espacios en blanco, para evocar ese arte en texto.

Uno de esos poemas eternos (VII): Mi tierra eres tú

Contigo de Luis Cernuda  ¿Mi tierra? Mi tierra eres tú. ¿Mi gente? Mi gente eres tú. El destierro y la muerte para mi están adonde no estés tú. ¿Y mi vida? Dime, mi vida, ¿qué es, si no eres tú?

Madrugada de Juan Gelman

 Madrugada de Juan Gelman Jugos del cielo mojan la madrugada de la ciudad violenta. Ella respira por nosotros. Somos los que encendimos el amor para que dure, para que sobreviva a toda soledad. Hemos quemado el miedo, hemos mirado frente a frente al dolor antes de merecer esta esperanza. Hemos abierto las ventanas para darle mil rostros.

¿Qué es poesía? (II): Autopsicografía

Autopsicografía de Fernando Pessoa El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que hasta finge que es dolor el dolor que en verdad siente. Y, en el dolor que han leído, a leer sus lectores vienen, no los dos que él ha tenido, sino sólo el que no tienen. Y así en la vida se mete, distrayendo a la razón, y gira, el tren de juguete que se llama corazón.

Lo que ocurre en las nubes, ocurre también en nuestra casa de Luis García Montero

Lo que ocurre en las nubes, ocurre también en nuestra casa de Luis García Montero No te voy a pedir el corazón que llevas escondido debajo de tu ropa de invierno. Solamente esperaba, como leña reunida, para arder en el fuego que calienta tus manos. Quiero esconder tu noche, tu sed, tus libramientos, tu vivir en las sílabas que componen tu nombre, tu quedarte dormida, tu me voy a la cama, tu silencio acostado, mi silencio acostado, las cosas que me pasan cuando sueñas conmigo. 

Poesía de otoño (IX): Alfonsina Storni

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 Dolor de Alfonsina Storni Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar. Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, como una romana, para concordar con las grandes olas, y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar. Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda, dejarme llevar; ver cómo se rompen las olas azules contra los granitos y no parpadear; ver cómo las aves rapaces se comen los peces pequeños y no despertar; pensar que pudieran las frágiles barcas hundirse en las aguas y no suspirar; ver que se adelanta, la garganta al aire, el hombre más bello, no desear amar... Perder la mirada, distraídamente, perderla y que nunca la vuelva a encontrar: y, figura erguida, entre cielo y playa, sentirme el olvido perenne del mar.