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Mostrando entradas de diciembre, 2012

Día 1. Primer día de vida.

No dés media vuelta. No lo hagas, porque ese pasado que no terminó de cicatrizar, podría volver a sangrar. En cualquier momento. Aquí y ahora. No gires la cabeza, no evoques nada. Es lo mejor. Sigue hacia delante. Hoy y siempre. No recuerdes, pero tampoco olvides. No caigas en ese túnel oscuro y sin salida de nuevo, tardaste mucho la primera vez en encontrar la salida. En esta ocasión probablemente permanecerías errando entre tinieblas... Fue lo primero que escribí en el diario que me regalaron. Mis padres estaban desesperados porque no hablaba y no sabían qué hacer. Yo ya estaba más tranquila conmigo misma... aunque no era capaz de expresar mis pensamientos en voz alta. Pues creía que si lo hacía, volverían a mí todos los fantasmas y sus murmullos a mi cabeza. Tenía miedo. (Continuará)

Bécquer eterno

Rima XX Sabe, si alguna vez tus labios rojos  quema invisible atmósfera abrasada,  que el alma que hablar puede con los ojos,  también puede besar con la mirada. Rima XXI ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú. Rima XXIII Por una mirada, un mundo, por una sonrisa, un cielo, por un beso... ¡yo no sé que te diera por un beso!

Mi héroe (des)conocido

De pequeña tuve un héroe. Aunque entonces no me di cuenta pero lo tenía mucho más cerca de lo que pensaba; pues entonces admiraba, como tantos otros niños, a personajes como Tarzán, Pocahontas o Peter Pan, seres inventados por una sociedad con ansias de soñar. Y se me olvidaba mirar a mi alrededor. Esa persona, o mejor dicho, ese guerrero que lidia con mil batallas de la vida, para salir victorioso siempre. Emprende una y otra vez la lucha, sin rendirse nunca, indestructible. Si se cae, se levantará de nuevo para seguir interpretando el papel de un Quijote diferente al de los molinos de viento, pues logra lo que anhela. Alguien pragmático e idealista que se sacrifica por el propósito que aspira: ayudar a sus seres queridos. Sin embargo, también es real, con fallos e imperfecto, y por eso, lo respeto y quiero aún más. Y lo más importante, se qué en todo momento se encuentra, encontró y encontrará a mi lado, sin importar la distancia ni el tiempo.  Un estadista llamado Benjamín Disrae