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Mostrando entradas de marzo, 2013

La lluvia puede latir a diferentes ritmos (VI)

La lluvia lenta de Gabriela Mistral Esta agua medrosa y triste,  como un niño que padece,  antes de tocar la tierra  desfallece.  Quieto el árbol, quieto el viento,  ¡y en el silencio estupendo,  este fino llanto amargo  cayendo!  El cielo es como un inmenso  corazón que se abre, amargo.  No llueve: es un sangrar lento  y largo.  Dentro del hogar, los hombres  no sienten esta amargura,  este envío de agua triste  de la altura.  Este largo y fatigante  descender de aguas vencidas,  hacia la Tierra yacente  y transida.  Llueve... y como un chacal trágico  la noche acecha en la sierra.  ¿Qué va a surgir, en la sombra,  de la Tierra?  ¿Dormiréis, mientras afuera  cae, sufriendo, esta agua inerte,  esta agua letal, hermana  de la Muerte?

La lluvia puede latir a diferentes ritmos (V)

Como quien oye llover de Octavio Paz Óyeme como quien oye llover, ni atenta ni distraída, pasos leves, llovizna, agua que es aire, aire que es tiempo, el día no acaba de irse, la noche no llega todavía, figuraciones de la niebla al doblar la esquina, figuraciones del tiempo en el recodo de esta pausa, óyeme como quien oye llover, sin oírme, oyendo lo que digo con los ojos abiertos hacia adentro, dormida con los cinco sentidos despiertos, llueve, pasos leves, rumor de sílabas, aire y agua, palabras que no pesan: lo que fuimos y somos, los días y los años, este instante, tiempo sin peso, pesadumbre enorme, óyeme como quien oye llover, relumbra el asfalto húmedo, el vaho se levanta y camina, la noche se abre y me mira, eres tú y tu talle de vaho, tú y tu cara de noche, tú y tu pelo, lento relámpago, cruzas la calle y entras en mi frente, pasos de agua sobre mis párpados, óyeme como quien oye llover, el asfalto relumbra, tú c

Día del padre

Quiero decirte, además de feliz día del padre, gracias, papá, por estar ahí en todo momento. Desde pequeñita. En el ayer, en el presente y el mañana. Se desvanecen entre nosotros las fronteras que define la distancia. Siempre es un aquí y un ahora, un te quiero, un abrazo con una palmada... FELIZ DÍA DEL PADRE. 

Miré a mi lado y te vi a ti

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                     Miré a mi lado y te vi a ti una sonrisa tímida, una mirada penetrante. Estabas siempre ahí,                             diluviase o soleara, de noche y de día. Decías poco con los labios cuando tus ojos la vida expresaban,                                 sólo me mirabas. No había ya más estrellas  en el cielo o gente caminando.                                     Tú y yo, y un silencio que sonreía.

La lluvia puede latir a diferentes ritmos (IV)

Lluvia de Mario Benedetti La lluvia está cansada de llover yo/cansado de verla en mi ventana es como si lavara las promesas y el goce de vivir y la esperanza la lluvia que acribilla los silencios es un telón sin tiempo y sin colores y a tal punto oscurece los espacios que puede confundirse con la noche ojalá que el sagrado manantial aburrido suspenda el manso riesgo y gracias a la brisa nos sequemos a la espera del próximo aguacero lo extraño es que no sólo llueve afuera otra lluvia enigmática y sin agua nos toma de sorpresa/y de sorpresa llueve en el corazón/llueve en el alma.

La lluvia puede latir a diferentes ritmos (III)

La lluvia de Jorge Luis Borges Bruscamente la tarde se ha aclarado  Porque ya cae la lluvia minuciosa.  Cae o cayó. La lluvia es una cosa  Que sin duda sucede en el pasado.  Quien la oye caer ha recobrado  El tiempo en que la suerte venturosa  Le reveló una flor llamada rosa  Y el curioso color del colorado.  Esta lluvia que ciega los cristales  Alegrará en perdidos arrabales  Las negras uvas de una parra en cierto. Patio que ya no existe. La mojada  Tarde me trae la voz, la voz deseada,  De mi padre que vuelve y que no ha muerto.

La lluvia puede latir a diferentes ritmos (II)

Lluvia de Federico García Lorca La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia resignada y amable, una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma dormida del paisaje.  Es un besar azul que recibe la Tierra, el mito primitivo que vuelve a realizarse. El contacto ya frío de cielo y tierra viejos con una mansedumbre de atardecer constante.  Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores y nos unge de espíritu santo de los mares. La que derrama vida sobre las sementeras y en el alma tristeza de lo que no se sabe.  La nostalgia terrible de una vida perdida, el fatal sentimiento de haber nacido tarde, o la ilusión inquieta de un mañana imposible con la inquietud cercana del color de la carne.  El amor se despierta en el gris de su ritmo, nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre, pero nuestro optimismo se convierte en tristeza al contemplar las gotas muertas en los cristales.  Y son las gotas: oj

La lluvia puede latir a diferentes ritmos (I)

Llueve de Pablo Neruda Llueve sobre la arena, sobre el techo el tema de la lluvia: las largas eles de la lluvia lenta caen sobre las páginas de mi amor sempiterno, la sal de cada día: regresa lluvia a tu nido anterior, vuelve con tus agujas al pasado: hoy quiero el espacio blanco, el tiempo de papel para una rama de rosal verde y de rosas doradas: algo de la infinita primavera que hoy esperaba, con el cielo abierto y el papel esperaba, cuando volvió la lluvia a tocar tristemente la ventana, luego a bailar con furia desmedida sobre mi corazón y sobre el techo, reclamando su sitio, pidiéndome una copa para llenarla una vez más de agujas, de tiempo transparente, de lágrimas.