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Mostrando entradas de 2016

MY NEW YEAR WISH BY NEIL GAIMAN

I hope that in this year to come, you make mistakes. Because if you are making mistakes, then you are making new things, trying new things, learning, living, pushing yourself, changing yourself, changing your world. You're doing things you've never done before, and more importantly, you're Doing Something. So that's my wish for you, and all of us, and my wish for myself. Make New Mistakes. Make glorious, amazing mistakes. Make mistakes nobody's ever made before. Don't freeze, don't stop, don't worry that it isn't good enough, or it isn't perfect, whatever it is: art, or love, or work or family or life. Whatever it is you're scared of doing, Do it. Make your mistakes, next year and forever. MY NEW YEAR WISH

Su sonrisa se vuelve un arco iris

Arco iris de Mario Benedetti A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea lo vieja o lo joven lo mucho o lo poco que usted realmente sea sonríe cual si fuese una revelación y su sonrisa anula todas las anteriores caducan al instante sus rostros como máscaras sus ojos duros frágiles como espejos en óvalo su boca de morder su mentón de capricho sus pómulos fragantes sus párpados su miedo sonríe y usted nace asume el mundo mira sin mirar indefensa desnuda transparente y a lo mejor si la sonrisa viene de muy de muy adentro usted puede llorar sencillamente sin desgarrarse sin deseperarse sin convocar la muerte ni sentirse vacía llorar sólo llorar entonces su sonrisa si todavia existe se vuelve un arco iris.

De vez en cuando hay que hacer una pausa

Pausa de Mario Benedetti De vez en cuando hay que hacer una pausa contemplarse a sí mismo sin la fruición cotidiana examinar el pasado rubro por rubro etapa por etapa baldosa por baldosa y no llorarse las mentiras sino cantarse las verdades.

Llegué por el dolor a la alegría

Alegría de José Hierro Llegué por el dolor a la alegría. Supe por el dolor que el alma existe. Por el dolor, allá en mi reino triste, un misterioso sol amanecía. Era la alegría la mañana fría y el viento loco y cálido que embiste. (Alma que verdes primaveras viste maravillosamente se rompía.) Así la siento más. Al cielo apunto y me responde cuando le pregunto con dolor tras dolor para mi herida. Y mientras se ilumina mi cabeza ruego por el que he sido en la tristeza a las divinidades de la vida.

Con las piedras, con el viento...

Con las piedras, con el viento... de José Hierro Con las piedras, con el viento hablo de mi reino. Mi reino vivirá mientras estén verdes mis recuerdos. Cómo se pueden venir nuestras murallas al suelo. Cómo se puede no hablar de todo aquello. El viento no escucha. No escuchan las piedras, pero hay que hablar, comunicar, con las piedras, con el viento. Hay que no sentirse solo. Compañía presta el eco. El atormentado grita su amargura en el desierto. Hay que desendemoniarse, liberarse de su peso. Quien no responde, parece que nos entiende, con las piedras, con el viento. Se exprime así el alma. Así se libra de su veneno. Descansa, comunicando con las piedras, con el viento.

Carta al vacío

Carta al vacío de Ernestina de Champourcín Es escribir a alguien o lanzarse al silencio, a nadar en lo oscuro, a encender una llama aunque ahoguen las dudas. ¿Carta a lo que no existe? Hay buzones alados que se disparan solos y un correo sin pistas ni trayecto seguro. Eludir el camino que todos conocemos. Seguir hacia adelante ruta de los que intentan lo que nunca pensaron y se sienten felices porque hay algo distinto, porque se desvanece de pronto lo que sobra y no existe el vacío si queremos colmarlo.

Mensaje lanzado al vacío

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Como si fuera un mensaje puesto dentro de una botella puesto dentro del mar, así escribo este texto. Lo lanzo al vacío, al silencio sin respuesta, a la ausencia de la nada. Como la flor, inmortal solo en el instante presente, que clama sin voz un último estertor. Un último grito de vida. Incluso es bella en su agonía pues aún refleja los vestigios del aroma que un día la impregnó. Y ella, al igual que yo, lo único que quiere es dar las gracias por haber podido descubrir la magia del amor, de haber podido respirar la eternidad efímera de la existencia.

Planeando sobre el viento

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Pudiera ser que la gaviota ignora su capacidad de volar. Lleva tanto tiempo caminando o dando saltitos que se le olvidó cómo desplegar las alas. Y entonces avista el cielo, pensativa, anhelando alcanzar los rayos del sol que emergen entre las nubes de lluvia. Quisiera dejarse mecer por ellos mientras le hacen entrar en calor. Es su propia sombra la que le hace creer que se encuentra encadenada al suelo, transmitiéndole el miedo al abandono si se marcha y la deja atrás. Como si la soledad fuera una prisión, cuando es la que, de verdad, te regala alas para soñar, la que te proporciona imaginación para pensar.  Tal vez se atreva a huir del reflejo de un astro, que no calienta el corazón, saliendo del espejo. Podrá recordar en ese instante cómo se planea sobre el viento, cómo se vive lejos de la tierra.

Eras, instante, tan claro...

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Eras, instante, tan claro... de Luis Cernuda Eras, instante, tan claro.  Perdidamente te alejas,  dejando erguido al deseo  con sus vagas ansias tercas.  Siento huir bajo el otoño  pálidas aguas sin fuerza,  mientras se olvidan los árboles  de las hojas que desertan.  La llama tuerce su hastío,  sola su viva presencia,  y la lámpara ya duerme  sobre mis ojos en vela.  Cuán lejano todo. Muertas  las rosas que ayer abrieran,  aunque aliente su secreto  por las verdes alamedas.  Bajo tormentas la playa  será soledad de arena  donde el amor yazca en sueños.  La tierra y el mar lo esperan.

En donde los silencios enmudecen

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Silencio de Octavio Paz Así como del fondo de la música brota una nota que mientras vibra crece y se adelgaza hasta que en otra música enmudece, brota del fondo del silencio otro silencio, aguda torre, espada, y sube y crece y nos suspende y mientras sube caen recuerdos, esperanzas, las pequeñas mentiras y las grandes, y queremos gritar y en la garganta se desvanece el grito: desembocamos al silencio en donde los silencios enmudecen.

The road not taken

The road not taken by Robert Frost Two roads diverged in a yellow wood, And sorry I could not travel both And be one traveler, long I stood And looked down one as far as I could To where it bent in the undergrowth; Then took the other, as just as fair, And having perhaps the better claim, Because it was grassy and wanted wear; Though as for that the passing there Had worn them really about the same, And both that morning equally lay In leaves no step had trodden black. Oh, I kept the first for another day! Yet knowing how way leads on to way, I doubted if I should ever come back. I shall be telling this with a sigh Somewhere ages and ages hence: Two roads diverged in a wood, and I— I took the one less traveled by, And that has made all the difference.

Je me demande si...

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Je me demande si les étoiles sont éclairées afin que chacun puisse un jour retrouver la sienne. Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya. I wonder whether the stars are set alight in heaven so that one day each one of us may find his own again. Le Petit Prince, Antoine de Saint-Exupéry.

Oda a una estrella de Pablo Neruda

Oda a una estrella de Pablo Neruda   Asomando a la noche en la terraza de un rascacielos altísimo y amargo pude tocar la bóveda nocturna y en un acto de amor extraordinario me apoderé de una celeste estrella. Negra estaba la noche y yo me deslizaba por la calle con la estrella robada en el bolsillo. De cristal tembloroso parecía y era de pronto como si Ilevara un paquete de hielo o una espada de arcángel en el cinto. La guardé temeroso debajo de la cama para que no la descubriera nadie, pero su luz atravesó primero la lana del colchón, luego las tejas, el techo de mi casa. Incómodos se hicieron para mí los más privados menesteres. Siempre con esa luz de astral acetileno que palpitaba como si quisiera regresar a la noche, yo no podía preocuparme de todos mis deberes y así fue que olvidé pagar mis cuentas y me quedé sin pan ni provisiones. Mientras tanto, en la calle, se amotinaban trans

Ecuador de Benjamín Prado

Ecuador de Benjamín Prado Hace falta la noche para ver las estrellas. Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón- "una verdad aún sin realidad"; busco en la tinta verde de todo lo que escribo un planeta sin nombre o una jungla perdida. Y hace falta la noche. Yo me siento en las sombras, prendo un fósforo, tallo mis esmeraldas, construyo mis panales. Todo es igual y todo es diferente. La vida, que fue un río, es ahora un océano, el pasado es la arena y el agua es el futuro. Hace falta la noche. Todo está en mí lo mismo que un clavo en la madera: cada paso en la nieve, cada luz apagada, cada piel encendida.

Espero curarme de ti

Espero curarme de ti de Jaime Sabines Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada. Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»… Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»). Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas

Peregrinar según Cernuda

Peregrino de Luis Cernuda ¿Volver? Vuelva el que tenga, tras largos años, tras un largo viaje, cansancio del camino y la codicia de su tierra, su casa, sus amigos, del amor que al regreso fiel le espere. Mas ¿tú? ¿volver? Regresar no piensas, sino seguir libre adelante, disponible por siempre, mozo o viejo, sin hijo que te busque, como a Ulises, sin Ítaca que aguarde y sin Penélope. Sigue, sigue adelante y no regreses, fiel hasta el fin del camino y tu vida, no eches de menos un destino más fácil, tus pies sobre la tierra antes no hollada, tus ojos frente a lo antes nunca visto.

Y luego nada

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Hay sombras grises en la vieja estación de ferrocarriles. Algunas sombras fugaces pasan desapercibidas entre el gentío. Las ruedas de las maletas resuenan amplificadas por la melancolía de los que marchan. Son murmullos de despedidas, de reencuentros, de un adiós que esperas que sea un hasta luego. Es entonces cuando recuerdas todas las palabras que no has dicho, los abrazos que no diste. El tic-tac del reloj central se cierne sobre los viajeros. Y en un simple roce de labios debes concentrar todos los besos de buenos días y de buenas noches. El sol entra a raudales por los ajados cristales del techo, regalándole un aspecto aún más lánguido a un edificio ataviado con estructura de hierro, lágrimas y suspiros. Bajas las escaleras y apenas puedes distinguir las difuminadas siluetas de aquellos que se quedan por los rayos del astro diurno. El tren arranca, se desdibujan sus rostros hasta ser un punto en el horizonte, y luego nada.

La utopía para Eduardo Galeano

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La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. Eduardo Galeano

Te quiero, renacuaja

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Es la primera entrada personal que hago. Solamente cinco palabras: Estoy orgullosa de ti, pequeña. Sigue así. Como siempre. No se puede decir más.

Somos seres solitarios (III): Intimidad

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Intimidad de Mario Benedetti  Soñamos juntos juntos despertamos el tiempo hace o deshace mientras tanto no le importan tu sueño ni mi sueño somos torpes o demasiado cautos pensamos que no cae esa gaviota creemos que es eterno este conjuro que la batalla es nuestra o de ninguno juntos vivimos sucumbimos juntos pero esa destrucción es una broma un detalle una ráfaga un vestigio un abrirse y cerrarse el paraíso ya nuestra intimidad es tan inmensa que la muerte la esconde en su vacío quiero que me relates el duelo que te callas por mi parte te ofrezco mi última confianza estás sola estoy solo pero a veces puede la soledad ser una llama.

Somos seres solitarios (II): Un pensamiento propio

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Somos seres solitarios que intentamos hacer vida en sociedad. Solitarios al nacer, solitarios al morir. Venimos solos y moriremos solos, mas en el camino necesitamos ir acompañados. Damos lo que sea por un abrazo, un suspiro o, incluso, una lágrima. Nos hacemos rodear de familia, amigos, pareja, una mascota..., con tal de no enfrentarnos al desamparo, al silencio de nuestra mente, o al abandono de nuestro corazón. Nos aterra la idea de tener tiempo para enfrentarnos a nuestro subconsciente, a conocernos a nosotros mismos. Comunicarnos, hablar, relacionarnos con el resto. La soledad es mejor aislarla en una torre de marfil, desterrarla de nuestro día a día, aunque es en ella cuando emerge la creación del artista, cuando aprendemos a saber cuáles son nuestras virtudes y nuestros defectos, cuando tenemos tiempo para soñar. Sin embargo, esta es solo una clase de soledad. Una soledad bella y pura, como la del astro solar. Eterna, infinita y poética. La melancolía surge en el aislamie

Somos seres solitarios (I): la versión de Juan Ramón Jiménez

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Soledad de Juan Ramón Jiménez En ti estás todo, mar, y sin embargo,  ¡qué sin ti estás, qué solo,  qué lejos, siempre, de ti mismo! Abierto en mil heridas, cada instante,  cual mi frente,  tus olas van, como mis pensamientos,  y vienen, van y vienen,  besándose, apartándose,  en un eterno conocerse,  mar, y desconocerse. Eres tú, y no lo sabes,  tu corazón te late y no lo siente... ¡Qué plenitud de soledad, mar sólo!

Al acecho de parejas fugitivas

Cerramos los ojos ante el murmullo del arroyo. Ese arroyo que corre, cantarín y sibilante. Él anuncia que es primavera con su transitar. Nos cuenta entonces un secreto. Ha cogido algo de peso, y por ello está enfadado con la lluvia. Él prefiere ser silencioso y serpenteante, al acecho de parejas fugitivas, que son tan ingenuas de creer hallar una soledad escondida, mas no anónima. 

Día de mi tierra

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Andalucía de Luis Cuevas López Ocho perlas en tu diadema ¡ANDALUCÍA! cual concha salida del mar.  Espejo de plata con brillo lunar  destellos de luz de tu pedrería.  ¡Embrujo de cal y luna¡, ¡ALMERÍA! Voz que canta del mar a la serranía.  ¡MÁLAGA! ¡Blanca de cal y de sol morena! Canto de amor en luna llena.  Con miles rojas veletas ¡GRANADA! Bañada en nieves de Sierra Nevada. ¡CÓRDOBA!, ¡Mezquita mora y cristiana! Magia de luz, bella hurí, esquiva sultana. Embrujo y magia en el aire ¡SEVILLA! Reina de abril con peineta y mantilla. ¡HUELVA!, ¡Alegre romería del Rocío!  Encanto dulce de bronco bohío.  ¡CÁDIZ!. Blanca de luz y recoleta reflejada, cual luna, en la caleta. ¡Verde JAÉN!, Manto de olivares verde que en el infinito azul se pierde. ¡OH! ¡ANDALUCÍA! ¡ANDALUCÍA! Tú tienes plata, bronce, cobre y oro.  Tú tienes luz, misterio, embrujo y cielo.  Tú tienes fuego, amor y duende en tu suelo.  Tú tienes el cante hondo

A veces las palabras sobran, aunque a veces las palabras igualmente faltan

A veces las palabras sobran, otras veces no es posible traducir a tu propio idioma materno (y paterno) lo que te transmiten tus emociones. ¿Cómo explicas esa lágrima que huye rauda por tu mejilla? ¿Cómo explicas el tacto de esa mano que no te está tocando pero que te acaricia? Al intentar hacer respirar a nuestros sentimientos les damos alas a la par que cadenas. Los lanzamos al aire para que planeen libres pero atados y sin escapatoria. Es cada palabra un refugio y una prisión. Blanco y negro. Una pura contradicción. Y por ello tan real como falso. Quieres aclarar un concepto abstracto ante ti y ante el resto, cómo es el amor, cómo es la nostalgia, cómo es la tristeza. Sin embargo, también lo limitas a un contexto, a una simbología, e incluso a una lengua. No se siente lo mismo al decir: "I love you", "Te quiero" o "Je t'aime". Según el idioma en el que hables, pensarás de una manera distinta y reducirás a la vez que engrandecerás una emoción. Por to