Un estío perezoso (I): Laura Wittner
Verano puro de Laura Wittner El calor trajo un zumbido permanente: un rumor de edificios electrizados mantiene en equilibrio tanta inmovilidad. Ventana tras ventana exhibe una persona tendida leyendo a la luz insectívora de veladores. Unas pocas escenas iluminadas por el televisor. Dos que ofrecen partes de cuerpos recién duchados. A medianoche el cielo ronca como un mar. Abajo el viento arrastra cosas ligeras contra superficies duras. Lanza formas varios metros hacia arriba que aterrizan segundos después. Reposeras en balcones aun plegadas caen de panza. Alguien avanza sobre el patio con linterna pensando cómo prevenir la inundación. Hay un punto titilando en la memoria y varias líneas de pensamiento que primero se desbocan pero después decaen. La piel está húmeda de múltiples maneras. Se hace imposible desenredar el detalle de la cita de la intención de teoría. Se hace evidente que no hay nada que entender.