Día 1. Primer día de vida.
No dés media vuelta. No lo hagas, porque ese pasado que no terminó de cicatrizar, podría volver a sangrar. En cualquier momento. Aquí y ahora. No gires la cabeza, no evoques nada. Es lo mejor. Sigue hacia delante. Hoy y siempre. No recuerdes, pero tampoco olvides. No caigas en ese túnel oscuro y sin salida de nuevo, tardaste mucho la primera vez en encontrar la salida. En esta ocasión probablemente permanecerías errando entre tinieblas... Fue lo primero que escribí en el diario que me regalaron. Mis padres estaban desesperados porque no hablaba y no sabían qué hacer. Yo ya estaba más tranquila conmigo misma... aunque no era capaz de expresar mis pensamientos en voz alta. Pues creía que si lo hacía, volverían a mí todos los fantasmas y sus murmullos a mi cabeza. Tenía miedo. (Continuará)