Soy mi propio reflejo

Estoy dentro de un sueño, o tal vez una pesadilla. No lo sé. Extraña, inquietante. Me miro a mí misma, pero no soy quien hace los movimientos, sino que me imito. Me encuentro dentro de un espejo. Infinito, eterno. Intento hablar, gritar para poder escapar. Soy incapaz. Mi supuesto verdadero yo sonríe por mis propias limitaciones. Sonrisa que, en mi cara, se me antoja como una mueca cruel. Duele. Entonces mi otro yo deja de mirarme directamente a los ojos y se marcha. A vivir mi vida. Impotente, intento llorar. Solamente consigo que mi corazón se acelere un poco. Nada más. 
Soy mi propio reflejo. Una sombra que se tendrá que conformar con ser una espectadora de su presente. Sin poder respirar. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

No quiero convencer a nadie de nada dice Jaime Sabines

Vulnerabilis

Madrugada de Juan Gelman