Quién sabe
Creemos ser ese reflejo inverso que nos devuelve ese cristal en el que nos contemplamos todas las mañanas. ¿Acaso es así? ¿Somos de verdad fieles copias de nuestra propia imagen? ¿O son meras patrañas? Tal vea esas figuras, que entran por las pupilas de nuestros congéneres, se encuentren algo distorsionadas. O a lo mejor es el caso contrario, pudiera ser que la idea que percibimos por nuestros sentidos sea la deformada. O ninguna. O ambas situaciones. Quién sabe.
Comentarios
Publicar un comentario