Tu sombra que se escapa
Intento agarrar tu sombra pero se me escapa de las manos. Nunca quise coserla como hacía Peter Pan. Siempre pretendí dejarla libre. Pero ahora, que te vas y no regresas, es la primera vez que necesito aferrarme a ella. Por favor, no te vayas. Se me escurre entre los dedos mientras comienza a diluirse en hilos de recuerdos. Ahora me arrepiento de las palabras que nunca fueron enhebradas a esos retales de vida. Sé que ya no habrá más risas frente a la tele apagada un domingo por la tarde o regañinas cuando no hacía los deberes.
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