Un sol que no quiere marcharse

Un sol que se nos antoja inmóvil, paralizado entre el ir y el devenir de unas cuantas gaviotas. Un sol que presencia la impredecible y bella caligrafía con la que escriben sus alas su vuelo. Su libre transitar lo hace enmudecer ante tal expresión de vida, ante tal explosión de energía. Su deseo momentáneo es permanecer unos segundos más iluminando su revolotear, antes de que el mar lo haga naufragar en su inmensa calma.

Comentarios

  1. El sol no se ha puesto aún por última vez.

    (Tito Livio)

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