Sinceridad
A veces las palabras mueren antes de que las pronuncies o las plasmes por escrito, otras veces, en cambio, salen tan rápido, como si de un caudal de agua desbordado se tratara. A borbotones. Tanto que te dejan sin respiración. También hay palabras que por más que intentan abandonarte, no pueden, incluso pueden llegar a doler. Y mucho. Palabras que quedan atrapadas entre neuronas y sueños. Ese "perdóname" que me tragué por orgullo, o ese otro "te quiero" que no dijiste en el momento adecuado a alquien que ya no está a tu lado. Por favor, no quiero que me ahoguen, me envuelvan, me desvelen por la noche, me hagan desconectar de la realidad. Cuántos pensamientos callamos, cuántas palabras deberíamos haber dicho y no hicimos. Mentiras, vanidad, da igual cuál sea el motivo. Sólo dos palabras: necesitamos sinceridad.
Una lágrima por este texto, una lágrima por sus argumentos y otra más por la enseñanza que esgrime en su término. Ojalá muchos la lean y aún más la escuchen.
ResponderEliminarGracias a ti, como siempre
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