Guardiana

Pues eso, una gaviota que reflexiva contempla el horizonte marino. Una línea eterna que hace de frontera entre los sueños de los marineros y de los pájaros. Permanece callada por espacio de un tiempo indeterminado. Ella queda extasiada ante tal belleza infinita, se sobrecoge ante tal inmensidad y acaba sintiéndose pequeña, diminuta. Pese a ello ya está planeando en surcar el cielo en breves instantes y planear dejándose llevar, con las alas inmóviles, hierática. Al fin y al cabo, ella es una de las guardianas de esa tierra de nadie allende los mares, a la que también llaman horizonte.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No quiero convencer a nadie de nada dice Jaime Sabines

Vulnerabilis

Madrugada de Juan Gelman